La parroquia está viva, es necesaria y debe ser cercana en los diferentes contextos que le toca vivir. Así lo manifestó el obispo de Montelíbano, monseñor Luis José Rueda Aparicio, luego de participar de un panel donde se presentaron diferentes experiencias de las parroquias en Colombia.

A juicio del prelado, estas experiencias – de diferentes regiones del país- reafirmaron que la parroquia para la Iglesia constituye una gran riqueza porque en ella se ve reflejado la historia, las alegrías y la tristeza de nuestra gente.

También estas experiencias permitieron ver a los señores obispos como la parroquia se convierte en instrumento de santificación, perdón y reconciliación.

Monseñor Luis José Rueda destacó que la parroquia es una casa grande que alberga a todos y que con actitud de inclusión se transforma en herramienta de reconciliación para los colombianos.