Cada persona en la vida se ha encontrado con la decisión de tomar una opción de vida que le conduzca a una verdadera realización personal; este es un camino del que depende su felicidad y su crecimiento existencial.
En cada vocación particular Dios siempre ha estado cercano, pues es El mismo quien pone en el corazón el deseo de responder fielmente al llamado personal; un llamado, que de no responderse con y por amor, puede convertirse en un oficio que rutiniza la existencia y no encamina a la felicidad plena.
Entre las opciones vocacionales hay una difícil de descubrir, la cual solo se hace consciente después de un adecuado discernimiento a la llamada que Dios puede estar haciendo a una persona para consagrar su vida a El. Un llamado del cual todos se hacen responsables con el ejemplo, el testimonio y el apoyo espiritual y material a las vocaciones, permitiéndoles descubrir que realmente Dios los necesita para la extensión de su Reino.
Por tanto, en el marco de este año jubilar celebramos, como cada año, la Semana Vocacional y del Seminario, para la cual, teniendo presente este año de gracia, invitamos a los niños y jóvenes, a los seminaristas menores y mayores a ponerse en marcha, de la mano con Cristo para ejercer la misericordia en medio de sus hermanos, es así como el lema que nos convoca y nos une durante esta semana es: «Toma el pasaporte a la misericordia, ¡viaja con Cristo! ¡Hazte sacerdote!»
Es un momento especial para hacer promoción vocacional a la vida sacerdotal y religiosa, revitalizar el Seminario Menor San Alberto Magno, fortalecer las congregaciones vocacionales y promover en las comunidades parroquiales la ayuda espiritual y material para las vocaciones y, en especial, para el seminario Diocesano.
Entre las actividades programadas con motivo de la semana, están: