Con la apertura de la puerta Santa en Sonsón, por Mons. Fidel León Cadavid Marín, obispo diocesano, se dio inicio el año jubilar en la Diócesis de Sonsón Rionegro, el sábado 12 de diciembre.
La Ceremonia empezó en la puerta del palacio episcopal y se trasladó en desfile hasta la puerta central de la Catedral, donde esperaba la comunidad del municipio y de otros cercanos, que decidieron acercarse para obtener los beneficios del año santo.
Tras el rito de apertura, se procedió al ingreso al templo y celebración de la Eucaristía.
El día domingo 13 de diciembre se realizará la apertura de las otras tres puertas que se tendrán en la jurisdicción diocesana, a las 12 del día en simultánea, en la Catedral San Nicolás de Rionegro, Basílica Nuestra Señora del Carmen de La Ceja y el Santuario Diocesano a San Judas Tadeo en El Santuario.
Acogemos este año de gracia del Señor y aprovechemos las indulgencias plenarias que la Iglesia ofrece con motivo del año de la Misericordia.
Pasos para ganar la indulgencia plenaria:
1. Peregrinar a una de las puertas santas
2. Confesarse
3. Participar en una Eucaristía y recibir la Comunión
4. Orar por las intenciones del Santo Padre
5. Realizar una de las obras de misericordia
Oración del Jubileo de la Misericordia
Señor Jesucristo,
tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo,
y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él.
Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación.
Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero;
a la adúltera y a la Magdalena del buscar la felicidad solamente en una creatura;
hizo llorar a Pedro luego de la traición,
y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido.
Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana:
¡Si conocieras el don de Dios!
Tú eres el rostro visible del Padre invisible,
del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia:
haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso.
Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad
para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error:
haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios.
Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción
para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor
y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres
proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos
y restituir la vista a los ciegos.
Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia,
a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
Amén.