En el municipio de San Rafael Arcángel se desarrolló el encuentro Vicarial de Catequistas, este 22 de abril con la presencia de las parroquias de la vicaría San Simón y San Judas que comprende los municipios del Peñol, Guatapé, san Rafael y san Carlos con los dos corregimientos, el Jordán y Samaná. Esta jornada inició a las 9:00 a.m. y se extendió hasta las 3:00 p.m. Se contó con la asistencia de 80 personas de cada una de las parroquias de toda la vicaría, las cuales participaron del evento y aportaron sus conocimientos en las actividades que se desarrollaron.
En este espacio se trabajó el perdón, a través de un taller donde se reflexionó acerca de la importancia que tiene el perdón en la sociedad y cómo desde él se puede mejorar el mundo, empezando por la sanación que experimenta la persona que lo implementa en su vida. El lema que se ha estado trabajando es “soy catequista, soy testigo del perdón”, por este motivo, fue muy importante hacer un trabajo sobre este lema para que los catequistas opinaran y compartieran sus experiencias, se integraran y más que un encuentro disfrutaran con los demás de este momento tan especial.
Se tuvo una respuesta positiva por parte de los asistentes a este encuentro, porque se presentó una metodología diferente de trabajo. Lo que se buscaba en este encuentro fue que este no fuera una conferencia, donde solo se escuchaba hablar y no había participación; esta vez se buscó más integración; entonces, desde un taller, los asistentes fueron constructores de algo y se les mostró la manera de dictar una catequesis; también se les dio un espacio en el que se vivió una gran socialización de las experiencias, propuestas y perspectivas de los catequistas; además, se conoció un poco de la historia de la diócesis por el motivo de sus 60 años acompañando la comunidad con la fuerza de Dios; finalmente, se les agradeció a los asistentes por el gran ministerio que tienen en cada parroquia, por su labor y apoyo incondicional.
“Este encuentro se vivió de una manera diferente, porque se les recordó a los catequistas que ellos también son cuidadores, porque cuidan de nuestros jóvenes y niños, cuidan su fe para que esta crezca cada día más en el amor de Cristo, cuidan desde la experiencia del perdón, de perdonar siendo testigos del gran amor de Jesús por la humanidad. Los catequistas tienen una gran labor en las parroquias y en la comunidad, aunque en ocasiones esta misión se ve como algo muy simple, este es un ministerio muy valorado porque ellos son personas entregadas a la evangelización, que trabajan en el fortalecimiento y la educación de la fe de nuestros niños y jóvenes, en las catequesis de la primera comunión y la confirmación, todo este esfuerzo y dedicación se les agradece infinitamente, porque siembran en cada comunidad la semilla de Cristo”, expresó el P. Edwin Yair Hidalgo, delegado diocesano para la Catequesis.