El día viernes 11 de marzo se llevó a cabo el retiro cuaresmal para el equipo de la curia diocesana, con la participación de Monseñor Fidel León Cadavid Marín, obispo diocesano, los delegados episcopales y los laicos que acompañan el accionar pastoral de la Diócesis Sonsón Rionegro, bajo la mirada del texto bíblico “Me levantaré e iré a mi Padre…” Lc 15,18
El encuentro se llevó a cabo en la casa sacerdotal El Rodeo de Santa Ana, en La Ceja, desde las 8:30 a. m. hasta las 4 de la tarde. En el primer momento de la mañana se hizo una reflexión dirigida por el P. Ovier Galvis Sánchez, Vicario de Administración Diocesano, en torno al texto del hijo pródigo o del Padre misericordioso y un trabajo por bases para descubrir la Misericordia del creador, en este año jubilar, convocado por el papa Francisco.
La segunda jornada de trabajo fue una reflexión con el padre Carlos Yepes, quien brindó un decálogo con puntos y elementos claves de la Misericordia, desde el aspecto físico y espiritual.
Algunos de los elementos más importante fueron: «Todos somos de carne y hueso, no vivimos ni trabajamos con ángeles». «¿Cuántos son mis miedos y temores? Yo soy el que me hago daño, nadie mas» .»El mejor negocio en la vida es perdonar». «Si supieramos comprender, no tendríamos que perdonar». «No repitas, no repasas, no recuerdes… Aquello malo que te hicieron, o que no vale la pena». «Fuego no se combate con fuego, ofensa no se combate con violencia». «En la raíz profunda del misterio del hombre, el perdón es en verdad un milagro de Dios». «Ser cristianos es querernos a la manera de Cristo, donde el amor lo vence Todo». “¡Orar por aquella persona que te talla! Esa podría ser la que te ayuda a crecer realmente”. “Perdona a los demás, como Dios nos perdona… Cristo perdonó tus ofensas en la cruz, ¿quién eres tu para no perdonar lo imperdonable?”
El encuentro terminó con la Eucaristía, presidida por el obispo diocesano, en la que hizo referencia a las lecturas y la muerte de Jesús fue por un conflicto, entre los impíos y los justos. «Dar muerte al justo», Jesús es uno de esos justos, por eso muere a manos de los impíos.
Ese conflicto entre los impíos (mal) y los justos (el mismo Dios), pasa siempre por el corazón humano. Las incomprensiones radican desde el ser humano, desde su corazón, en ese conflicto interno que se tiene.
“En el evangelio se habla de la identidad de Jesús, ¿quién es él? Ante él siempre habrán posiciones encontradas, en relación a ese mismo conflicto, a veces no se logra entender bien quién es él por ese conflicto en tiene en el corazón humano”.
Para poder aceptar a Jesús, dijo monseñor Fidel, debemos saber su origen, de dónde viene, creer en él como el enviado del Padre. Las obras de Jesús dan testimonio de lo que es él o de quién es él. La verdad de Dios siempre será un signo de contradicción en el mundo. Pero todo ese conflicto y contradicciones o polarizaciones salen desde el mismo corazón humano.
“En muchas ocasiones no estamos por la verdad, sino por intereses personales. El tiempo de cuaresma es oportuno para revisar nuestro corazón. Esto es ir contra corriente, tal como lo hizo Jesús. En nuestro corazón se debe entender qué valores, costumbres o intereses defendemos. Ser cristiano en un ambiente de contradicción es difícil, porque a veces nos dejamos acomplejar y perder la fuerza del testimonio, la fuerza de la fe”.
Por último, insistió en que debemos “dejarnos seducir por la belleza de la palabra de Dios: la verdad. No podemos opacarla y rebajarla. Nosotros debemos dar testimonio de una vida cristiana a plenitud, sin mediocridades, luchando desde nuestro interior para que gane la fuerza del bien en esa contradicción a la que estamos expuestos, más aún, en el tiempo de cuaresma”.