Celebración del día del Buen Pastor en la curia diocesana

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dioc-buenpastorLa curia episcopal de la Diócesis de Sonsón Rionegro, celebró el lunes 18 de abril la fiesta del Buen Pastor, para exaltar y homenajear al obispo diocesano y a los sacerdotes que prestan su servicio pastoral en la curia diocesana.

La celebración Eucarística estuvo presidida por monseñor Fidel León Cadavid Marín, obispo diocesano, y contó con la presencia de la mayoría de presbíteros y laicos que laboran en el centro administrativo y pastoral de la diócesis.

En la homilía, el obispo hizo énfasis en que el término de Buen Pastor debería usarse solo para Cristo, “nosotros somos pastores que participamos de esa visión del Señor y ojalá de ese deseo de ser como Él; esa figura del pastor es conocida en la biblia como una de las tantas que hablan de la relación de Dios con su pueblo, de esa alianza sellada. Es una figura que nos quiere brindar confianza”

El pastor es siempre una persona cercana a sus ovejas, metida con ellas, con la función principal de cuidarlas, pero no solo eso, sino también inmiscuirse hasta el punto de poder llegar a dar la vida por ellas, añadió el pastor diocesano.

Dos elementos importantes del evangelio resaltó el obispo, para los discípulos del señor, que deben responder a la atracción que Dios hace de ellos como buenos pastores, de ese conocimiento que Dios tiene de todos porque nos ama. La fe es la atracción de Dios al amor. La primera expresión resaltada fue ‘Mis ovejas escuchan mi voz’, como primera característica para un verdadero discipulado, escuchar la voz, su voz “es necesario repensar eso, los que somos ministros, primero para nosotros mismos y luego para la misión; primero para nosotros porque este mundo tiene muchas voces, mensajes, comunicados e imágenes que dificultan escuchar LA VOZ y a, tal vez, a la iglesia le falte eso, que entre tanta palabra y a veces tanta palabrería, que sea válida esa PALABRA encarnada, Jesús. La palabra del señor no está arreglada, es clara, directa, no mentirosa, no pretende endulzar nada, pero es profunda porque viene de Dios sin estar maquillada. Esa es la que tiene que resonar primero en los sacerdotes”

Monseñor expresó, además, que tiene preocupación de que las palabras se estén quedando simplemente en algo superficial, exhortó a los sacerdotes a preguntarse ¿qué palabra estamos comunicando? la PALABRA es la que conforma la verdadera comunidad cristiana, ¿nuestra palabra mueve? ¿Está viva? La palabra viva es la que tiene que resonar. Esta palabra que viene del padre da vida, la manera en que la estamos comunicando, ¿Hace surgir vida en los oyentes? “la palabra tiene que suscitar esas ganas de vivir, de formar comunidad, que nos mueve a estar construyendo permanentemente algo distinto, una vida que emociona”.

El segundo aspecto que resaltó el obispo, como consecuencia del primero, es el seguimiento ‘y me sigue’ “Quién descubre la palabra del Señor cambia completamente la visión de las cosas, se crea un diálogo especial en la vida del creyente y sigue a Jesús, pone sus pies donde Él los puso; identificarnos con su proyecto de vida, amar como Él amo, pensar como Él pensó, ser misericordiosos como Él lo es; eso es lo que pasa en los seguidores de Cristo”, añadió. “Debemos ser conscientes que a veces nos falta mucho; es normal, cuando estamos en este camino de intentar ser como Cristo, escuchar su voz y seguirlo. Es nuestra palabra la que debe edificar. Nuestro ejemplo debe animar a nuestros fieles para que vayamos caminando en ese seguimiento del señor y podamos decir que conocemos nuestras ovejas, que damos la vida por ellas para que se beneficien del pastoreo de Jesús a través de nosotros”.

Terminó invitando a que la figura del Buen Pastor sigua animando a los sacerdotes a tratar de seguirlo lo mejor posible y seguir pastoreando esta diócesis que el Señor ha puesto en sus manos, mentes y corazones y de forma especial en la fe.

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